Debe ser la tercera o cuarta vez que tengo la posibilidad de ver “Nabucco”, sin embargo, es la primera que quedo con la sensación de haber visto un simple ensayo o marcación de escena. No es novedad que en general las régie del Municipal carezcan de movilidad y sintonía. Un tercer ojo láser que golpea a Nabucco es mucho.
Se notaba que era la función nacional, aunque es imposible calificarla de mala. El coro salvó gran parte de la gala con un sentido “Va, pensiero”, que hizo llorar a una chica que estaba en el mismo palco nuestro. Un palco bastante particular a decir verdad.
Obvio, en el palco de prensa es siempre una sorpresa descubrir que periodista llegará a compartir tu asiento. La mayoría de las veces es Passalaqua, Claudia Ramírez o Maureen Lennon, esta vez fue Naranjo, lo que no me parece una sorpresa porque muchas veces fuimos juntos. Lo gracioso es que llegó con la Alejandra Valle.
Lo peor le tocó a Raveau, porque los asientos son súper pegados y no tenía espacio para estirar los pies... y cuando creyó que lo lograría, René ocupó el lugar. Lo bueno es que le gustó, y aunque confesó no saber mucho de ópera se dio cuenta de que la régie era un poco de mal gusto.
La orquesta filarmónica sonó bastante bien, y con varias novedades (o sea nuevas contrataciones). Rostros jóvenes, entre ellos un nuevo corno desde Australia, algo que fue muy gracioso, porque tenía buen lejos, y aunque al principio pensé que tocaba la trompeta sucedió que, al igual que David de la cinta “Changement d´ adresse”, era el corno lo que tocaba.
Al final los aplausos pertinentes... no aplaudí a Nabucco... y de salida. Afuera del palco, Ale Valle reporteaba el último golpe de farandulandia y René se daba a las tácticas de tasación.
Se notaba que era la función nacional, aunque es imposible calificarla de mala. El coro salvó gran parte de la gala con un sentido “Va, pensiero”, que hizo llorar a una chica que estaba en el mismo palco nuestro. Un palco bastante particular a decir verdad.
Obvio, en el palco de prensa es siempre una sorpresa descubrir que periodista llegará a compartir tu asiento. La mayoría de las veces es Passalaqua, Claudia Ramírez o Maureen Lennon, esta vez fue Naranjo, lo que no me parece una sorpresa porque muchas veces fuimos juntos. Lo gracioso es que llegó con la Alejandra Valle.
Lo peor le tocó a Raveau, porque los asientos son súper pegados y no tenía espacio para estirar los pies... y cuando creyó que lo lograría, René ocupó el lugar. Lo bueno es que le gustó, y aunque confesó no saber mucho de ópera se dio cuenta de que la régie era un poco de mal gusto.
La orquesta filarmónica sonó bastante bien, y con varias novedades (o sea nuevas contrataciones). Rostros jóvenes, entre ellos un nuevo corno desde Australia, algo que fue muy gracioso, porque tenía buen lejos, y aunque al principio pensé que tocaba la trompeta sucedió que, al igual que David de la cinta “Changement d´ adresse”, era el corno lo que tocaba.
Al final los aplausos pertinentes... no aplaudí a Nabucco... y de salida. Afuera del palco, Ale Valle reporteaba el último golpe de farandulandia y René se daba a las tácticas de tasación.
Seguía lloviendo. Nos fuimos a pasear a Provi. Pero finalmente nos juntamos con los amigos de Raveau. Me reí mucho y hubiese sido más sino me hubiese puesto tacos... lo más estresante de la noche, tanto así, que aún me duelen mis piecitos.
1 comentario:
Yo no entiendo mucho de opera pero los rayos estroboscópicos que derrumbaron a Nabuco casi me dan una crisis jajaja.
Saludos
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